24.2.05
el silencio de la nieve
Tenía que comprar algunos marcos. Le pedí a S. que me llevara con el coche porque eran demasiado grandes. Me pasé por su casa y justo cuando íbamos a salir la nevada empezaba a cubrirlo todo de nuevo. Ella me propuso cambiar la compra por un colacao caliente y galletas de chocolate. Charlamos y aclaramos algunos mal entendidos.
Hoy de nuevo he quedado con ella para ir a comprarlos.
Mientras esperaba el autobús para volver a casa se podía oír perfectamente el silencio de la nieve posándose en mis hombros.
Y el tiempo se paró para esperarme.
