28.2.05

tumismo


Me regalabas tus palabras cada mañana, cada atardecer, cada noche. Aprendí a quererte y a echarte de menos. A desearte y a necesitarte si no estabas. Los días se volvían grises si tu voz lo era y me deslumbraba la luz cuando me decías que yo era un sol. Me gusta calentarte como el tibio astro.
Me llevaste a un país nuevo y desconocido en el que cada día podíamos habitar juntos y extender nuestras manos hasta casi tocarnos. 100 razones para amarte.
Hoy andas casi exiliado, envuelto en la distancia y yo he dejado de ser extranjero, exhibiéndome desnudo y recolectando afectos entre tus vecinos.
A ti te los debo en gran medida.
Pero es verdad que lo que bien se aprende no se olvida y ya te he dicho que hace más de un año aprendí a quererte. Y sin embargo mis ojos (claros) nunca se miraron en los tuyos.
GRACIAS

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com