ojos claros

Al poco de conocerla me contó que mantenía dos relaciones y por lo que me contó estaba claro que el primero la utilizaba únicamente en beneficio propio, del que ella estaba colgada, y el segundo la quería con generosidad desinteresada, pero a ella le faltaba algo que le hiciera decidirse por él. Con la imprudencia que da el desconocimiento le aconsejé que dejara al primero y que si después le apetecía le diera una oportunidad al segundo.
Ahora cada vez que hablamos me da las gracias por mis palabras y sin duda está feliz con el chico que en principio no tenía muchas posibilidades.
¡Que valiente soy e incluso que clarividente cuando se trata de otros y que cobarde e incluso ciego cuando se trata de mi!