27.5.05

emancipacion


Era un piso bajo cerca de Cuatro Caminos, me esperaban Jesús y Roberto, con el primero compartiría habitación a partir de ese día. Llevaba apenas cuatro cosas, las justas para empezar a vivir allí, confiando en que podría volver a casa para ir recogiendo lo que fuera necesitando poco a poco. Cuando llegué, Jesús me abrazó y yo no paré de llorar hasta el agotamiento. Un rato antes había dejado a mi madre, que había salido detrás de mí llorando, en la escalera de casa, suplicando que me quedara, fuera de sí y a punto de volverse loca.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com