22.11.05
ella
Acaricio su pelo, la peino. La trato como si fuera una niña, la cojo de la mano, cada vez más huesuda y deformada por la artrosis y la edad y me la llevo a los labios, la beso, otro beso en la frente, un achuchón. Y ella cada vez sonríe menos. Me repite que yo no la quiero. Me asfixia. La necesito y la quiero. Y ella solo respira para querer. Sufrimos.
