1.12.05

se acabó la fiesta del universo



Cuando llegó el Ojos a la fiesta, parte de los invitados ya estaban vestidos, pero él, como es tan soso, decidió que no se iba a vestir hasta más tarde, así que todo el mundo se tuvo que pasar un buen rato insistiéndole para que se cambiara y él que no, que luego. Total para lo que se iba a poner; todo el mundo con unos modelazos que quitaban el hipo y el se viste de primera comunión, todo de blanco, incluido el sombrero. Pero como hasta él era consiente de que su apariencia no estaba a la altura de tanto derroche y poderío como le rodeaba, no se le ocurrió otra cosa que pedir que le pintaran la raya del ojo y la única que se ofreció voluntaria fue una drag queen que venía de Londres pero era holandés y se entendía con el Ojos en algo parecido al italiano, así que no sé de qué se debió de enterar, porque cuando el Ojos vio que empezaba a sacar lápices y pinceles, y tarros de todos los tamaños y colores, empezó a temblar. La drag, que se la veía generosa empezó a dar brochazos pa’riba y pa’bajo y lo dejó hecho un San Luís, que en vez de rabillo parecía que le habían dado un puñetazo en cada ojo, que al final de la fiesta le preguntaron que qué pintaba con ese antifaz tan raro toda la noche.
Que a mi lo que me pasa siempre con él es que paso mucha vergüenza, porque primero se tiró a la mesa donde estaban las tartas, que las quería probar todas, pero cuando descubrió donde estaba el chanpange francés ya no se retiró de allí hasta que no se acabó, y claro así le pasó, que al rato no paraba de dar besos y achuchones a diestro y siniestro, que cuando se pone contento todo es derrochar cariño.
Pero lo más patético fue cuando le tocó el turno de subirse al podium a bailar, que cuando él vio que le miraban y que tenía 14 cámaras haciéndole fotos, como es tan egocentríco se creyó que era el rey del mambo y casi se descoyunta, que todo eran movimientos espasmódicos y posar con golpes de cadera imposibles. Que cuando le dijeron que se bajara que venía el siguiente no había forma de apearlo del podium y se fue derechito a reclamar al del tocadiscos porque según él le habían puesto menos música que a los demás y no paró de decir que se iba a meter a gogó profesional, que digo yo que como no vaya la Boite La Carroza, a su edad no lo contratan en ningún sitio, que no se entera que en los sitios de pasodobles no cogen gogós.
Pero él tan contento, que eran las tantas de la madrugada y todo el mundo se iba y los de la casa se querían acostar y él seguía muy entregao brincando como un chota hasta que se quedó solo en la pista y entendió que iba siendo hora de retirarse.
Fresitisima

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