23.1.06

cine


El sábado fui al cine, a ver Brokenback Mountain, o como coño se diga (fui yo y el resto de la población nacional gay) y aunque no es a lo que voy aprovecho para decir que no está mal pero que esperaba algo mucho mejor; que nadie se pierda el maquillaje cuando empiezan a hacerse mayores, con unos pegotones que supuestamente son patas de gallo, que dan gloria verlos.
Yo saqué las entradas y tuve que hacerlo con cierta antelación aguantándome con la fila 5 porque estaba todo agotado. Entonces recordé cuando era pequeño y las contadas ocasiones en las que mis padres, junto a mi hermana nos llevaban al cine, evento este que era lo más grande que podía ocurrirme. Recuerdo que en esa época teníamos dos opciones, bueno la tenía mi madre que era la que decidía, yo iba donde me llevaran, a saber: "numerada" o "sesión continua". Por supuesto nosotros íbamos a sesión continua, que por el mismo precio te daban dos películas y pasabas tus tres o cuatro horas, como poco, metido en le cine tan contento. Pero lo mejor es que una vez elegido el programa lo único importante era saber a qué hora empezaba la sesión y sin guardar colas ni nada que se le pareciera íbamos a la hora que nos diese la gana. Llegábamos, por supuesto cuando ya estaba empezada la película, pero no importaba, veíamos lo que quedara, la siguiente peli y el comienzo de la primera y cuando empezabas a ver imágenes repetidas te levantabas y te marchabas, al no ser que te hubiera gustado mucho que entonces te volvías a ver la película entera.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com