18.1.06

hábitos extraños


¡hay que joderse, yo diciendo que me cuesta desnudarme y La Niña quiere que os cuente mis manías ¡que injusta es la vida!
Pues debo tener un montón, pero a mi me parecen de lo más normales así que no me doy cuenta de que las tengo, que yo soy una persona muy equilibrada y razonable. Bien es cierto que no puedo pasar por al lado de un contenedor de las obras sin repasar con la mirada todo lo que hay, que me he encontrado un montón de cosas valiosisimas en las basuras que me llevo a mi minicasa donde ya no cabe más mierda, pero eso no es una manía, es una patología claramente descrita en los manuales médicos ¿que culpa tengo de estar enfermo?
También es cierto que me gusta mucho mirar a la gente y que cuando voy a las exposiciones tengo que hacer verdaderos esfuerzos por mirar los cuadros en vez de a la gente, que a menudo me parecen mucho más artisticos ¡donde va a parar!
Que si veo una ventana o un balcón a tiro de vista tengo que inspeccionar el interior, pero no porque sea cotilla, ni mucho menos, es por puro interés científico en la decoración de interiores ¡lo que habré disfrutado yo por esos países del norte donde no se llevan las cortinas!
Cierto que por la calle no hay paquete que se me escape; sí señores, ni cara, ni ojos, culo, ni ná, directamente me fijo en el paquete ¡para que vamos a negarlo! Pero lo explica una necesidad física y muy humana muy poco satisfecha. Ya veréis que en cuanto esté satisfecho como dios manda me doy cuenta de que existen otras partes del cuerpo en los viandantes.
Se supone que debería pasar el encargo a unos cuantos elegidos entre mi nutrido y valioso público, pero voy a ser generoso y no os voy a quitar a ninguno la posibilidad de contar sus miserias en público, asín que todo aquel que le apetezca que nos cuente alguna manía suya.

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