2.2.06

mirando al sur



El otro día estuve ayudando a mi querido NIÑO DE CHICLANA, a montar su primera exposición individual, bueno, es un decir, porque cuando llegué ya estaba casi todo montado.
Cuando vi sus cuadros, en su casa, por primera vez, hace algún tiempo, me impresionaron y ahora lo hacen aún más. Han ido creciendo en tamaño y en calidad. Desde los formatos más pequeños, alrededor de los 30 cm a los que alcanzan los 2 metros.
Sin ningún miedo al color, con una escandalosa arrogancia, sus gitanas, aquellas con cara de plástico que nuestros padres ponían sobre la televisión y que los japoneses se llevan guardadas en maletas de grandes firmas, paralizadas, sorprendidas por del autor, nos cuentan historias inverosímiles y que solo ellas conocen. Aunque son los retratos los que acaparan la mayor parte de su producción, desde los de familiares a los de rostros que tienen que ver con una historia más intima y a la vez común.
Pero son sus autorretratos, que nos interpelan con su mirada penetrante y con un misterio que se pierde en las sombras más profundas los que nos capturan y nos llevan irremediablemente a lo esencial.
No tengo más remedio que estar orgulloso de mis amigos.
Para todo el que esté por los madriles, durante todo febrero se pueden ven en "Nanai", en la C/Barco, 26.
¡Enhorabuena NIÑO!

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