ojos claros

Cuando yo era joven había una serie que se llamaba "Melrrouse Place" o algo así, era como la versión americana de "Aquí no hay quien viva", pero allí, además de ser todos jóvenes y guapos vivían alrededor de su piscina privada donde iban exhibiendo sus cuerpos e intercambiando las toallas. Yo siempre he querido tener vecinos así, hacer fiestas en la piscina e intercambiar fluidos con los habitantes más guapos del rellano, pero la vida nunca ha sido generosa conmigo en ese aspecto, hasta esta semana, en que conocí a mis nuevos vecinos, justo los que viven puerta con puerta y pared con pared. El otro día nos saludamos, él es finlandés, rubio, guapo, modernisimo y músico de profesión (veremos si no me harto de la guitarrita en dos días) y ella, dinamarquesa, aunque por su aspecto nadie lo diría porque es medio negra; se dedica a la pintura, que yo tardé 10 segundos en decirle que también soy artista y eso que estuve mordiéndome la lengua un rato para no epatar a la primera. Como su ventana, que buenos nórdicos siempre tiene la persiana subida, está al lado de las cuerdas de la ropa, ahora me paso el día tendiendo y destendiendo calzoncillos, para ir estrechando lazos (aunque solo sean visuales; de momento).
Así que ahora me siento en la cumbre de lo más in, en un barrio bohemio lleno de galerías de arte, en un edificio con dos siglos de antigüedad y rodeado de gente interesante ¿no estais verdes de envidia?