6.9.06

vacaciones


Abrí y cerré mis vacaciones en mi pueblo. Se me derritieron los sesos por sus calles sin aceras. Me puse guapisimo para ir a la boda de dos desconocidos y repartir mi plato de marisco entre los demás comensales de mi mesa. Me quedé sordo con los tubos de escape de las motos que pasan continuamente bajo mi ventana y con la música macarra a todo volumen de los coches. En mi pueblo el concejal de medio ambiente no tiene ni idea de lo que es "contaminación acústica". Salí de vinos a medio día y salí de vinos por la noche, que son las dos opciones de ocio que ofrece mi pueblo. Intercambié confesiones en la calle, alrededor de una cuba a modo de mesa llena de tapas acompañadas con un "blanco jóven". Salí en la televisión local para orgullo de toda la familia, aunque yo ni siquiera vi el programa. Disfruté de la vista de las hileras de cepas que se pierden en un horizonte lejano; de un concierto de pasodobles a cargo de la banda municipal y de los helados en la terraza de la heladería más antigua.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com